ILUSTRACIÓN PORTADA DE ADAMA.
"EL OJO DESDE DONDE TODO SE VE".
Os habla el mago:
Estoy ante la vidriera de
los evangelistas, en el interior de la majestuosa iglesia Santa María de la Sede, catedral gótica de la preciosa ciudad que contemplo, sumergida en la
hipnosis del letargo, del olvido…como una Bella
Durmiente, ausente de la realidad, dormida.
En esta santa iglesia
catedral el imaginario gótico, de manos del
maestro vidriero Vicente Menardo, ha sido enormemente fructífero. Este afamado
Rosetón de los evangelistas, está empotrado en las paredes de piedra que miran
a occidente, encima de la puerta principal de la edificación. Sus decenas de ventanas se irradian, a partir
del centro del círculo perfecto, evocando lo que a mis ojos parece una paleta
de vivos colores.
Con las
yemas de mis dedos acaricio cada fragmento de vidrio. El ancho de esta fantástica estructura circular
(de 2,80 metros) me permite deleitarme en la contemplación de los colores, en
el dinamismo de matices que la luz revela: todo cambia a placer según el ángulo
en el que se sitúe el observador, según la intensidad con la que los fotones
atraviesen los vitrales.
Al amparo de mi magia
(por eso floto a varios metros de altura sobre el suelo), a través de este ojo
desde donde «todo se ve», te contemplo a ti…sí, a ti que me lees.
Esa es mi magia; ese es
su poder. Te puedo ver.
Puedo ver que me serás de
gran ayuda para rescatar el conocimiento perdido y olvidado bajo esta magnífica
bóveda celeste, alumbrada por una tenue luz de luna que juguetea con el color
de los vidrios, proyectando un tejido evanescente, fantasmagórico, que hace que
mi esencia se conmueva.
¡Asómate a la magia! Cuando lo hagas, aquí estaré esperándote.
Alicia López-Tarrida.